Ahora, sólo quiero gritar que necesito que el tiempo se detenga, que me permita respirar, necesito que sanen todas mis heridas, algunas que creí cerradas, se abrieron y comenzaron a sangrar de nuevo, me hacen llorar, me hacen querer acabar con todo y descansar de una vez. Sonreír se hace difícil, no por mal agradecida, sino porque el peso de los años, los errores, las caídas pesan, sobre todo los errores, porque quizás, sin quererlo, afectan el presente, a quienes se unen a mi camino, afectan el diario vivir, afectan la vida.
Dicen que uno con los errores debe aprender, aprender a valorar las cosas buenas, aprender a valorar cada día, pero a mi, me cuesta, porque quizás vivo preocupada de los demás, no agradar al resto, pero tratando de no molestar o no hacer daño. Quizás porque no estoy segura de poder sacar pecho y decir las cosas, quizás porque he sufrido tanto que no soporto una lágrima más, lo que es inevitable, por cierto, quizás, porque siento que soy un pollito que aún no asume que salió del cascarón o que la etapa adulta me asusta, no se. La cosa es que cuesta seguir adelante con tanto peso encima.
Una vez me paso algo que me dejó en el suelo (como a muchas personas le pasan cosas que los dejan asi) y reconozco que me ha costado ponerme de pie, y he empezado a cuestionarme muchos aspectos de mi misma, a odiarme, estoy harta que me hagan hueona, que crean que no me doy cuenta del mundo y no po, me doy cuenta de todo, que me quede callada es otra cosa.
Hoy solo quiero salir corriendo, gritar que no doy más, que me siento poca cosa, un trapo, porque no me quieren, estan conmigo por pena, porque saben que no tengo donde ir, porque soy una pobre hueona que no es capaz de salir adelante sola, y saben que? Es cierto.
Estas líneas las escribí el año 2013, cuando vi mi vida destruida y solo quería desaparecer.
Estas líneas las escribí el año 2013, cuando vi mi vida destruida y solo quería desaparecer.
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